Atavismos Impunes, 2019
Atavismos Impunes es una instalación compuesta por dos obras y surge de la colaboración con la Fundación Sin Voz que denuncia el abuso y la explotación infantil. La obra se realizó en conjunto con el artista Miguel Lombardo y denuncia el silencio por parte de las autoridades y los círculos de poder a la violación infantil. En Panamá cada 12 horas se comete un acto violento sexual contra infantes. En la primera obra se han intervenido 24 penes de goma que ejemplifican el objeto agresor y al mismo tiempo un reloj disperso, sugiriendo así la exposición atemporal que tienen los niños ante los ataques. También se intervinieron decenas de panties y calzoncillos, embarrados de “sangre” y desgarrados, haciendo alusión al objeto agredido, al cuerpo dañado, a la crueldad. Se construyó un cubo de vidrio y espejos y adentro se colocaron los penes, la ropa interior y muelles de colchones de niños. La segunda obra consiste en una torre de colchón con 314 muelles cada una. Cada muelle multiplicado por 16 (el número de matrices utilizadas) indica la cantidad de víctimas reportadas de dos años en Panamá, del 2015 al 2017.